LA ARQUITECTURA ES ALIADA DE LA NATURALEZA

Los diseños arquitectónicos deben lograr una armonía con el entorno que ocupan.

Cada una de las construcciones existentes tienen una razón de ser y una funcionalidad, sin embargo, no todas cuentan con un estilo estéticamente llamativo, y tampoco cuentan con una integración adecuada a las condiciones propias del lugar. Esto se debe, en gran medida, a que la mayoría de ciudades tuvieron la necesidad de crecer de manera acelerada y poco ordenada para suplir los requerimientos de la población que aumentó exponencialmente en un periodo de tiempo relativamente corto.

Ante este panorama, la buena noticia es que en las últimas décadas la humanidad ha entendido que requiere volver a conectarse con la naturaleza y hacerla parte fundamental de su día a día. No todo puede ser concreto y largas paredes grises, no todo puede quedarse en lo meramente funcional, también se debe dar espacio a la estética y a un respeto profundo por el entorno que está siendo intervenido.

 

Conexión con el origen

Quienes diseñan y construyen los espacios que luego todos habitaremos, cumple un papel fundamental en la protección de nuestros recursos naturales. A través de la arquitectura ambiental se han generado parámetros que permiten la construcción de proyectos que velan por las necesidades del entorno y el mantenimiento de sus características. Teniendo en cuenta las condiciones del lugar, los factores climáticos y los materiales propios de la región, para causar un impacto positivo a la hora de intervenir el espacio.

Según Alejandro Arizmendi, CEO de Celeste & Piedra, “debe existir la necesidad de intervenir el entorno teniendo en cuenta todos los elementos de la naturaleza, es decir, en la medida de lo posible, coexistir con el clima, la vegetación y las especies del lugar. También, es importante procurar el uso de materiales que se encuentran en la región para minimizar desplazamientos y contaminación. Además, crear planes para reutilizar el agua y generar energía a partir de la naturaleza circundante. Finalmente, en la medida en que entendamos bien en dónde estamos proyectando, cuáles son las características del entorno y su comunidad, logramos hacer acupuntura con el espacio y generar el menor daño posible”.

 

Reinterpretación de la naturaleza

Una de las formas en que la arquitectura crea un lazo irrompible con los espacios naturales, es a través de la creación de proyectos que se vuelven uno solo con el entorno. Para esto, se utilizan materiales autóctonos y se crea una estructura que siga las características del lugar. Hacia el año 1.900, el arquitecto Frank Lloyd se convirtió en pionero de esta disciplina, que hoy conocemos como arquitectura orgánica, diseñando espacios en los que las construcciones parecían estar inmersas dentro del gran mundo natural.

 

Construcciones casi invisibles

Muy de la mano con la arquitectura orgánica encontramos a la arquitectura invisible. Es aquella que busca reducir el impacto visual de las estructuras para que no alteren el orden natural del entorno. Las casas de piedra de la ciudad de Petra (Jordania, Medio Oriente), construidas hace cientos de años, son un buen ejemplo del uso de la arquitectura invisible. En la actualidad, los edificios con cristales de gran tamaño, que se mimetizan dentro de la ciudad, reflejando el cielo y el entorno en general, también son un buen ejemplo.

 

Espacios sustentables

La armonía con la naturaleza no estará completa si los proyectos arquitectónicos no responden a la necesidad que, como seres humanos, tenemos de proteger al medio ambiente. Las construcciones deben ir encaminadas a optimizar y potencializar los recursos a través de nuevas tecnologías, uso de energías renovables, reciclaje y ahorro de agua, entre otras alternativas. La arquitectura sustentable piensa en cada detalle que permita la elaboración de espacios autónomos, funcionales y respetuosos del entorno.

Celeste & Piedra es un estudio que siempre ha desarrollado minuciosamente un diagnóstico y análisis de los espacios, para realizar una síntesis arquitectónica equilibrada y, de esa forma, incorporar todos los conceptos y herramientas que hacen que los proyectos sean viables, amables con el medio ambiente, confortables y permanentes en el tiempo. Es decir, creamos edificaciones climáticamente inteligentes que el tiempo no deteriora, sino que, al contrario, reafirma su adaptabilidad y funcionalidad acorde al entorno”, asegura Alejandro Arizmendi.

 

La gran apuesta de Celeste & Piedra

Entender que la naturaleza lo es todo y no simplemente parte de algo, permite que cada idea esté encaminada en la protección, revitalización y aprovechamiento de los entornos naturales. El impacto debe ser positivo, tanto para las comunidades, como para el medio ambiente.

Según Alejandro Arizmendi, “en nuestro estudio, esa simbiosis entre la arquitectura y la naturaleza se lleva a cabo mediante la metodología de aplicar geometrías sostenibles al diseño arquitectónico. Esto consiste en entender las geometrías de elementos como los rayos del sol, los vientos, el agua y la vegetación, para utilizarlas a favor en los proyectos que vamos a desarrollar”.

En Celeste & Piedra le apostamos a transformar las ciudades en lugares que crezcan y vayan de la mano con sus entornos naturales, como ríos, mares, desiertos, valles y montañas. Trabajamos para generar espacios ideales para que los seres humanos podamos ser uno con la naturaleza.                                                                                   

Conoce algunos de nuestros proyectos aquí https://celesteypiedra.com/proyectos