CONSTRUCCIONES BIOCLIMÁTICAS EN ENTORNOS TROPICALES

La arquitectura crea espacios únicos acordes al entorno y al clima de cada lugar.

La adaptación de los seres humanos a los diferentes climas ha permitido que la mayoría del planeta Tierra se encuentre habitado. Gran parte de este proceso adaptativo se ha generado gracias a la arquitectura, encargada de desarrollar construcciones que permiten el resguardo y generan protección de las altas y bajas temperaturas, la humedad, el viento y demás condiciones climáticas del entorno.

Las construcciones bioclimáticas se fundamentan en hacer uso racional de la materia prima y los recursos naturales que brinda el lugar, tanto en la etapa de construcción de los proyectos, como cuando estos son espacios terminados, los cuales deben ser funcionales y adaptarse de manera efectiva a los cambios de temperatura.

Arquitectura pensada en el Trópico

Para el caso específico de las zonas tropicales, el reto es aún mayor. Aunque el clima es agradable, también puede ser un poco impredecible, por lo que las construcciones deben estar preparadas para soportar grandes temperaturas, fuertes vientos y lluvias, en diferentes épocas del año. En este territorio las construcciones deben estar preparadas para todo lo que el clima tenga por ofrecer.

Según Alejandro Arizmendi CEO de Celeste y Piedra, “las inclemencias del clima, que cada vez serán más desafiantes para la arquitectura, así como la escasez de agua, los altos costos de consumo energético, el manejo de residuos sólidos, el transporte de materiales y el consumo de combustible, hacen necesario la creación de estrategias adecuadas para mitigar el impacto negativo relacionado con el cambio climático y, a la vez, construir edificaciones cómodas y sostenibles a largo plazo. En la medida que en el Trópico desarrollemos construcciones bioclimáticas, podremos brindarles a nuestros usuarios mejores soluciones con espacios duraderos a costos controlados”.

Entender en dónde estamos

Al momento de planear la construcción de un proyecto, una de las primeras cosas que se deben tener en cuenta son las condiciones propias del lugar: tipo de suelo, vegetación, animales que habitan la zona, las diferentes temperaturas que se presentan en el año, la fuerza de los vientos y las temporadas de lluvia. La construcción debe estar preparada para soportar todo esto, pero, además, debe contar con elementos que permitan a los habitantes sobrellevar el clima de la mejor forma, haciendo el menor uso posible de herramientas o electrodomésticos que generen un uso excesivo de los recursos como la electricidad, el gas o el agua.

Aprovechar lo que tenemos

Las construcciones bioclimáticas se ven favorecidas por el uso de materiales que se consiguen con facilidad en la región. Primero, porque se ahorra tiempo, dinero y recursos al no tener que trasladarlos de un lugar a otro. Además, al usar elementos propios del entorno, se asegura que se adaptarán plenamente a la construcción y ayudarán a crear espacios que soportan los diferentes cambios climáticos.

“En Celeste & Piedra nos encontramos desarrollando varios proyectos, donde como premisa estamos teniendo en cuenta la arborización existente y la siembra de más individuos forestales, para minimizar el impacto del incremento de las temperaturas y la incidencia de la radiación solar. Así mismo, estamos incorporando materiales como la piedra para reducir la humedad en las edificaciones en épocas de lluvia. También, estamos recogiendo todas las aguas por medio de las cubiertas de las construcciones para reutilizarlas en infraestructuras de riego, inodoros, paisajismo, entre otros”, señala Alejandro Arizmendi.

Confiar en nuestros ancestros

En muchas ocasiones, la arquitectura debe mirar hacia atrás y aprovechar el camino recorrido por otras generaciones. Nuestros antepasados tienen mucho que enseñarnos respecto al uso de los recursos naturales y a la creación de espacios frescos pero, que resguarden a las personas en tiempos de lluvias y vientos. A la hora de crear un nuevo proyecto, es importante no solo conocer muy bien el territorio, sino lo que ha y no ha funcionado en materia de construcción, tanto en el pasado como en el presente.

Es por eso que, en Celeste & Piedra, al momento de llevar a cabo proyectos como el  Master Plan Don Eduardo y Nina Na, que son parcelaciones en zonas rurales del trópico, hemos respetado al 100% los accidentes naturales, como cuerpos de agua, bosques endémicos y la fauna existente. Además, se han usado materiales adaptables al entorno, brindando durabilidad y facilidades de mantenimiento a las infraestructuras.

Crear construcciones funcionales

El Sendero Peatonal del Ziruma, elaborado en un terreno de bosque seco tropical, sin afectar especies endémicas en peligro de extinción y con un diseño que no genera un impacto negativo al espacio, es otro de los proyectos de Celeste & Piedra que cuenta con una visión bioclimática de la arquitectura. Así mismo, están Casa Buigambilia y Casa Adela, proyectos que se encuentran en proceso de diseño  y que tienen una aproximación sostenible desde su geometría, sus cubiertas y el uso de materiales de la región, entre otros atributos.

Estamos comprometidos con la construcción de proyectos que respeten nuestros orígenes, que protejan el medio ambiente y que, además, se conviertan en una solución al inminente cambio climático que nuestro hogar, el planeta Tierra, está enfrentando. Queremos ser parte de la transformación que requieren nuestras ciudades, diseñando espacios que se acoplen a las condiciones climáticas y ofrezcan calidad de vida a quienes los habitan, sin impactar de manera negativa a la naturaleza y a nuestros recursos.